Un día, mientras los esperaba en Atenas, Pablo sentía que la indignación se apoderaba de él, al contemplar la ciudad llena de ídolos. Entonces se presentó en el Areópago y dijo: "Atenienses: Por lo que veo, ustedes son en extremo religiosos. Al recorrer la ciudad y contemplar sus monumentos, encontré un altar con esta inscripción: 'Al Dios desconocido'. Pues bien, yo vengo a anunciarles a ese Dios que ustedes veneran sin conocerlo.” (Hch 17:15, 22-18:1)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/051723.cfm
Es interesante que Pablo no comienza reprendiendo a los atenienses por su multiplicidad de dioses y templos, sino que alaba su naturaleza religiosa y comienza a compartir con ellos la Buena Nueva. La foto de hoy es del Areópago de Atenas con vistas a los templos de la Acrópolis.
Estas reflexiones salen de más que 40 años de ministerio como sacerdote católico. Pasé la mayoría de estos años en la Diócesis de Charlotte que está situada en Carolina del Norte occidental de los Estados Unidos. Ahora, estoy jubilado, y vivo en Medellín, Colombia, y sigo sirviendo como sacerdote en la Arquidiócesis de Medellín.
Miércoles, Semana VI, Pascua
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