Estas reflexiones salen de más que 40 años de ministerio como sacerdote católico. Pasé la mayoría de estos años en la Diócesis de Charlotte que está situada en Carolina del Norte occidental de los Estados Unidos. Ahora, estoy jubilado, y vivo en Medellín, Colombia, y sigo sirviendo como sacerdote en la Arquidiócesis de Medellín.

Entonces Simón Pedro subió a la barca y arrastró hasta la orilla la red, repleta de pescados grandes. Eran ciento cincuenta y tres, y a pesar de que eran tantos, no se rompió la red. Luego les dijo Jesús: “Vengan a almorzar”. Y ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle: ‘¿Quién eres?’, porque ya sabían que era el Señor. Jesús se acercó, tomó el pan y se lo dio y también el pescado. (Jn 21:1-14)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/041423.cfm
Llamo a este pasaje “Desayuno Junto al Mar”. Es interesante que el Discípulo Amado es el que reconoce que Aquel en la orilla es el Señor (¡aún después de la pesca milagrosa los otros discípulos no tienen ni idea!). La invitación, “Vengan a almozar”, refleja la Alimentación de los Cinco Mil con los panes y los peces de antes en este evangelio y es una referencia a la Eucaristía.