Estas reflexiones salen de más que 40 años de ministerio como sacerdote católico. Pasé la mayoría de estos años en la Diócesis de Charlotte que está situada en Carolina del Norte occidental de los Estados Unidos. Ahora, estoy jubilado, y vivo en Medellín, Colombia, y sigo sirviendo como sacerdote en la Arquidiócesis de Medellín.

Poco después se acercaron a Pedro los que estaban ahí y le dijeron: “No cabe duda de que tú también eres de ellos, pues hasta tu modo de hablar te delata”. Entonces él comenzó a echar maldiciones y a jurar que no conocía a aquel hombre. Y en aquel momento cantó el gallo. Entonces se acordó Pedro de que Jesús había dicho: ‘Antes de que cante el gallo, me habrás negado tres veces’. Y saliendo de ahí se soltó a llorar amargamente. (Mt 26:14-27:66)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/040223.cfm
La angustia de Pedro por sus negaciones rompe el corazón de todos los creyentes porque todos hemos estado allí. Quizás no en algún gran gesto de rechazo, sino en las muchas pequeñas negaciones diarias. Pero la misericordia nos rodea, cada momento de nuestras vidas y nos da la gracia de extender esa misericordia a los demás. Amar como Jesús nos ha amado a todos. Que esta Semana Santa que tenemos ante nosotros esté llena de gracia y renovación para el ministerio y el servicio del pueblo de Dios.