“Les aseguro que yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que han venido antes que yo, son ladrones y bandidos; pero mis ovejas no los han escuchado. Yo soy la puerta; quien entre por mí se salvará, podrá entrar y salir y encontrará pastos. El ladrón sólo viene a robar, a matar y a destruir. Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia’’. (Jn 10:9-10)
La vida en abundancia . . . para ser vivo por completo. Fue San Ireneo quien dijo:
"La gloria de Dios es el hombre viviente”.