Estas reflexiones salen de más que 40 años de ministerio como sacerdote católico. Pasé la mayoría de estos años en la Diócesis de Charlotte que está situada en Carolina del Norte occidental de los Estados Unidos. Ahora, estoy jubilado, y vivo en Medellín, Colombia, y sigo sirviendo como sacerdote en la Arquidiócesis de Medellín.

Jesús dijo a los fariseos: "Había un hombre rico, que se vestía de púrpura y telas finas y banqueteaba espléndidamente cada día. Y un mendigo, llamado Lázaro, yacía a la entrada de su casa, cubierto de llagas y ansiando llenarse con las sobras que caían de la mesa del rico. Y hasta los perros se acercaban a lamerle las llagas. (Lc 16:19-31)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/030923.cfm
La Parábola de Lázaro y el Hombre Rico ha sido confusa para algunos por el nombre de Lázaro y porque la historia es en realidad una parábola. El Lázaro de la parábola NO es el Lázaro de Betania que es el hermano de Marta y su hermana María. Durante la Edad Media, la gente confundió al Lázaro de la parábola, que está cubierto de llagas, como un leproso, y así “San Lázaro” se convirtió en el santo patrón de los leprosos, la leprosaria y los lazaretos. En la parábola, el pecado del rico es que ni siquiera ve al mendigo acostado frente a su puerta.