Estas reflexiones salen de más que 40 años de ministerio como sacerdote católico. Pasé la mayoría de estos años en la Diócesis de Charlotte que está situada en Carolina del Norte occidental de los Estados Unidos. Ahora, estoy jubilado, y vivo en Medellín, Colombia, y sigo sirviendo como sacerdote en la Arquidiócesis de Medellín.

Pero Jesús replicó: “No saben ustedes lo que piden. ¿Podrán beber el cáliz que yo he de beber?” Ellos contestaron: “Sí podemos”. Y él les dijo: “Beberán mi cáliz”. (Mt 20:17-28)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/030823.cfm
El cáliz del que habla Jesús es el cáliz de su sufrimiento. Pero la audacia de la petición de sentarse a la derecha y a la izquierda de Jesús en la gloria y cuando Jesús les pregunta: "¿Pueden beber el cáliz que voy a beber?" la ligereza de la respuesta: “¡Claro que sí, podemos!” Entonces los demás se enojan con Santiago y Juan porque no pensaron en preguntarle a Jesús primero. Entonces el pobre Señor tiene que sentarlos a todos y darles “un aprendizaje” como decimos en el Sur.