Estas reflexiones salen de más que 40 años de ministerio como sacerdote católico. Pasé la mayoría de estos años en la Diócesis de Charlotte que está situada en Carolina del Norte occidental de los Estados Unidos. Ahora, estoy jubilado, y vivo en Medellín, Colombia, y sigo sirviendo como sacerdote en la Arquidiócesis de Medellín.

Leví ofreció en su casa un gran banquete en honor de Jesús, y estaban a la mesa, con ellos, un gran número de publicanos y otras personas. Los fariseos y los escribas criticaban por eso a los discípulos, diciéndoles: "¿Por qué comen y beben con publicanos y pecadores?" Jesús les respondió: "No son los sanos los que necesitan al médico, sino los enfermos. No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores, para que se conviertan". (Lc 5:27-32)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/022523.cfm
El comer y beber con pecadores fue uno de los primeros cargos contra Jesús. Cada vez que la Iglesia intenta poner trampas de la pureza alrededor de la Eucaristía, tropieza con la oración que la misma liturgia pone en nuestra boca antes de la comunión: “Señor, no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará para sanarme”.