Se abrió el templo de Dios en el cielo y dentro de él se vio el arca de la alianza. Apareció entonces en el cielo una figura prodigiosa: una mujer envuelta por el sol, con la luna bajo sus pies y con una corona de doce estrellas en la cabeza. (Apoc 11:19a; 12:1-6a, 10ab)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/121222.cfm
En el año 1531, durante los horrores de La Conquista, Dios dio una señal de favor a los pueblos indígenas del llamado “Nuevo Mundo”. La Virgen María se apareció a un indígena en el cerro del Tepeyac, en las afueras de lo que se convertiría en la Ciudad de México. La Señora habló en su propio idioma y le dijo “Yo soy tu Madre piadosa”. En los 10 años siguientes, se bautizaron más de 11 millones indígenas. Nuestra Señora de Guadalupe es “La Patrona de naciones cautivas y pueblos vencidos.” Con más de 20 millones de visitantes al año, el Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe es el santuario católico más visitado del mundo.
Estas reflexiones salen de más que 40 años de ministerio como sacerdote católico. Pasé la mayoría de estos años en la Diócesis de Charlotte que está situada en Carolina del Norte occidental de los Estados Unidos. Ahora, estoy jubilado, y vivo en Medellín, Colombia, y sigo sirviendo como sacerdote en la Arquidiócesis de Medellín.
Nuestra Señora de Guadalupe, 12 de diciembre
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