Estas reflexiones salen de más que 40 años de ministerio como sacerdote católico. Pasé la mayoría de estos años en la Diócesis de Charlotte que está situada en Carolina del Norte occidental de los Estados Unidos. Ahora, estoy jubilado, y vivo en Medellín, Colombia, y sigo sirviendo como sacerdote en la Arquidiócesis de Medellín.

Aquel día los sordos oirán las palabras de un libro; los ojos de los ciegos verán sin tinieblas ni oscuridad; los oprimidos volverán a alegrarse en el Señor y los pobres se gozarán en el Santo de Israel. (Is 29:17-24)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/120222.cfm
El anhelo de los profetas por la llegada de “aquel día” llena las lecturas de Adviento: que los sordos oirán, los ciegos verán, y los pobres y oprimidos se regocijarán en el Señor. ¿Qué anhelamos? ¿Qué nos llenaría de alegría? En su carta encíclica sobre la liturgia (Desiderio desideravi), el Papa Francisco habla del deseo del Señor de comer con nosotros. ¿Nuestra participación en la Eucaristía podría estar satisfaciendo gozosamente el deseo del Señor?