Revístanse con la armadura de Dios: que su cinturón sea siempre la verdad; su coraza, la justicia; su calzado, la prontitud para anunciar el Evangelio de la paz; que la fe les sirva siempre de escudo para protegerlos y apagar las flechas incendiarias del enemigo malo; pónganse el casco de la salvación y empuñen la espada del espíritu, que es la palabra de Dios. (Efe 6:1-9)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/102722.cfm
Como mi profesor de homilética, David Buttrick, siempre estaba ansioso por señalar, la única arma ofensiva que tenemos en nuestro arsenal es “la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios”. Desafortunadamente, muchos usan la palabra de Dios como arma para abatir, dividir y destruir, no exactamente lo que nuestro profesor tenía en mente.
Estas reflexiones salen de más que 40 años de ministerio como sacerdote católico. Pasé la mayoría de estos años en la Diócesis de Charlotte que está situada en Carolina del Norte occidental de los Estados Unidos. Ahora, estoy jubilado, y vivo en Medellín, Colombia, y sigo sirviendo como sacerdote en la Arquidiócesis de Medellín.
Jueves, Semana XXX, Tiempo Ordinario
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