Estas reflexiones salen de más que 40 años de ministerio como sacerdote católico. Pasé la mayoría de estos años en la Diócesis de Charlotte que está situada en Carolina del Norte occidental de los Estados Unidos. Ahora, estoy jubilado, y vivo en Medellín, Colombia, y sigo sirviendo como sacerdote en la Arquidiócesis de Medellín.

Amasías le dijo a Amós: “Vete de aquí, visionario, y huye al país de Judá; gánate allá el pan, profetizando; pero no vuelvas a profetizar en Betel, porque es santuario del rey y templo del reino”. Respondió Amós: “Yo no soy profeta ni hijo de profeta, sino pastor y cultivador de higos. El Señor me sacó de junto al rebaño y me dijo: ‘Ve y profetiza a mi pueblo, Israel’. Y ahora escucha tú la palabra del Señor.   (Am 7:10-17)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/063022.cfm
El profeta Amós tenía el “olor de las ovejas” sobre él. El sacerdote Amasías no estaba muy impresionado: "¡Vete de aquí, estás apestando el templo!" Pero Amós se mantuvo firme, contó la historia de su llamado y luego proclamó: “¡Ahora escucha la palabra del Señor!” Los primeros mártires de la Iglesia de Roma murieron en la persecución de Nerón durante el año 64. Se piensa que fue durante esta persecución que Pedro y Pablo también fueron martirizados.