Estas reflexiones salen de más que 40 años de ministerio como sacerdote católico. Pasé la mayoría de estos años en la Diócesis de Charlotte que está situada en Carolina del Norte occidental de los Estados Unidos. Ahora, estoy jubilado, y vivo en Medellín, Colombia, y sigo sirviendo como sacerdote en la Arquidiócesis de Medellín.

Entonces unos escribas de la secta de los fariseos, viéndolo comer con los pecadores y publicanos, preguntaron a sus discípulos: “¿Por qué su maestro come y bebe en compañía de publicanos y pecadores?” Habiendo oído esto, Jesús les dijo: “No son los sanos los que tienen necesidad del médico, sino los enfermos. Yo no he venido para llamar a los justos, sino a los pecadores”. (Mc 2:13-17)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/011522.cfm
El comer y beber con los pecadores es el recuerdo más antiguo de la Eucaristía en la iglesia. Como ha señalado el Papa Francisco, la iglesia no es un club de santos, es un hospital de pecadores. La Eucaristía, dice el Papa, no es la recompensa por el buen comportamiento, sino que es medicina para los débiles.