En ti, Señor, me refugio. (Salmo 7:2a)
En la historia de la Tormenta en el Lago, los discípulos gritan al Señor, “Maestro, ¿no te importa que perezcamos?” Ayer, en medio de la tormenta del virus Covid-19, el papa Francisco, en su bendición Urbi et Orbi, invitó al mundo a refugiarse en el Señor, a quien sí nos importa. El papa Francisco dijo:
"Nos dimos cuenta de que . . . en esta barca, estamos todos . . . Cuánta gente cada día demuestra paciencia e infunde esperanza, cuidándose de no sembrar pánico sino corresponsabilidad. Cuántos padres, madres, abuelos y abuelas, docentes muestran a nuestros niños, con gestos pequeños y cotidianos, cómo enfrentar y transitar una crisis readaptando rutinas, levantando miradas e impulsando la oración. Cuántas personas rezan, ofrecen e interceden por el bien de todos. La oración y el servicio silencioso son nuestras armas vencedoras."