“Estén pues, preparados, porque no saben ni el día ni la hora’’. (Mt 25:1-13)
La parábola de las damas de honor es un maravilloso recordatorio para estar preparados para la venida del Señor. Como nos recuerda la antigua liturgia de San Juan Crisóstomo: para que podamos tener "una buena defensa ante el temible tribunal de Cristo". Hoy es la fiesta de Santa Mónica, la madre de San Agustín, cuya fiesta es mañana. Mientras agonizaba, le dijo a su hijo: "Acuérdate de mí siempre en el altar del Señor".