Jesús dijo a sus discípulos: “Yo les aseguro que a todo aquel que me reconozca abiertamente ante los hombres, lo reconocerá abiertamente el Hijo del hombre ante los ángeles de Dios.”
(Lc 12:8)
San Ignacio fue martirizado en Roma en 117 d.c. En la Carta a los Romanos, San Ignacio dijo:
Soy el trigo de Dios, y soy molido por las dentelladas de las fieras, para que pueda ser hallado pan puro [de Cristo].