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Estas reflexiones salen de más que 40 años de ministerio como sacerdote católico. Pasé la mayoría de estos años en la Diócesis de Charlotte que está situada en Carolina del Norte occidental de los Estados Unidos. Ahora, estoy jubilado, y vivo en Medellín, Colombia, y sigo sirviendo como sacerdote en la Arquidiócesis de Medellín.

Cuantos han sido incorporados a Cristo por medio del bautismo, se han revestido de Cristo. Ya no existe diferencia entre judíos y no judíos, entre esclavos y libres, entre varón y mujer, porque todos ustedes son uno en Cristo Jesús.
(Gál 3:27-28)

En la comunidad cristiana el vivir la gracia del Sacramento del Bautismo es muy radical. Según San Pablo eso significa que debemos vivir sin muros—los muros que nos dividen en cleros/laicos, hombres/mujeres, políticos y no políticos. Pues, ¡nosotros los cleros seríamos los primeros en quejar!