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Estas reflexiones salen de más que 40 años de ministerio como sacerdote católico. Pasé la mayoría de estos años en la Diócesis de Charlotte que está situada en Carolina del Norte occidental de los Estados Unidos. Ahora, estoy jubilado, y vivo en Medellín, Colombia, y sigo sirviendo como sacerdote en la Arquidiócesis de Medellín.

Puesto que ustedes han aceptado a Cristo Jesús, el Señor, vivan como verdaderos cristianos: permanezcan arraigados y cimentados en él, con fe firme, como se lo enseñaron a ustedes, y en continua acción de gracias. Que nadie los vaya a engañar con teorías y razonamientos falsos, que se fundan en tradiciones meramente humanas y en valores de este mundo, pero no en Cristo. (Col 2:6-15)
Jesús llamó a sus discípulos, eligió a doce de entre ellos y les dio el nombre de apóstoles. Eran Simón, a quien llamó Pedro, y su hermano Andrés; Santiago y Juan; Felipe y Bartolomé; Mateo y Tomás; Santiago, el hijo de Alfeo, y Simón, llamado el Fanático; Judas, el hijo de Santiago, y Judas Iscariote, que fue el traidor. (Lc 6:12-19
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/091223.cfm
Siempre hay gente que quiere dividir a la iglesia, por eso recibimos esta advertencia de la Carta a los Colosenses de permanecer arraigados en Cristo. En el evangelio Jesús nos da un fundamento seguro al nombrar a sus Apóstoles, de los cuales Simón Pedro es el primero. La Iglesia debe quedarse con el sucesor de San Pedro. La celebración del Santísimo Nombre de María nos recuerda que el Señor nos llama a cada uno de nosotros por nuestro nombre.