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Estas reflexiones salen de más que 40 años de ministerio como sacerdote católico. Pasé la mayoría de estos años en la Diócesis de Charlotte que está situada en Carolina del Norte occidental de los Estados Unidos. Ahora, estoy jubilado, y vivo en Medellín, Colombia, y sigo sirviendo como sacerdote en la Arquidiócesis de Medellín.

Ha hecho sentir el poder de su brazo: dispersó a los de corazón altanero,
destronó a los potentados y exaltó a los humildes.
A los hambrientos los colmó de bienes y a los ricos los despidió sin nada
. (Lc 1:46-56)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/122221.cfm
El el Magnificat de María suena como un himno organizador. Y lo es: los humildes exaltados, los hambrientos alimentados, los poderosos derribados, los ricos dejados sin nada. Quizás por eso la iglesia pone este himno en nuestros labios en las oraciones de las vísperas para recordarnos a preparar la venida del Señor que proclama las buenas nuevas a los pobres.