Bienvenidos

Estas reflexiones salen de más que 40 años de ministerio como sacerdote católico. Pasé la mayoría de estos años en la Diócesis de Charlotte que está situada en Carolina del Norte occidental de los Estados Unidos. Ahora, estoy jubilado, y vivo en Medellín, Colombia, y sigo sirviendo como sacerdote en la Arquidiócesis de Medellín.

En aquel día, el Señor del universo preparará sobre este monte
 un festín con platillos suculentos para todos los pueblos;
 un banquete con vinos exquisitos y manjares sustanciosos.
 Él arrancará en este monte el velo que cubre el rostro de todos los pueblos,
 el paño que oscurece a todas las naciones. Destruirá la muerte para siempre; el Señor Dios enjugará las lágrimas de todos los rostros 
y borrará de toda la tierra la afrenta de su pueblo. 
Así lo ha dicho el Señor. En aquel día se dirá:
 “Aquí está nuestro Dios, de quien esperábamos que nos salvara”.
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/120121.cfm
Las montañas siempre han jugado un papel en la historia de la salvación. El banquete de “platillos suculentos y vinos exquisitos” siempre ha sido visto por la Iglesia como un signo de la Eucaristía y la promesa de salvación del Dios cuya venida esperamos. En 1994, fundé el Ministerio del SIDA Caring Hearts en la parroquia de Santa Juana de Arco en Asheville, Carolina del Norte. Hoy recordamos a todos los que hemos perdido a causa del SIDA y rezamos por todos los que viven con el VIH. La imagen de hoy es del panel de la parroquia de Santa Juana de Arco en el Edredón Conmemorativo sobre el SIDA, recordando todos aquellos que fallecieron del SIDA.
Cada panel mide 3 por 6 pies - el tamaño aproximado de una fosa estándar (tumba).