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Estas reflexiones salen de más que 40 años de ministerio como sacerdote católico. Pasé la mayoría de estos años en la Diócesis de Charlotte que está situada en Carolina del Norte occidental de los Estados Unidos. Ahora, estoy jubilado, y vivo en Medellín, Colombia, y sigo sirviendo como sacerdote en la Arquidiócesis de Medellín.

Esdras estaba de pie sobre un estrado de madera, levantado para esta ocasión. Esdras abrió el libro a la vista del pueblo, pues estaba en un sitio más alto que todos, y cuando lo abrió, el pueblo entero se puso de pie. Mientras el pueblo permanecía en sus lugares, Esdras leyó claramente del libro de la ley de Dios, interpretándolo para que todos pudieran entender lo leído. Y los levitas consolaban al pueblo, diciéndole: “No lloren, porque este día es santo. No estén tristes”. Y el pueblo entero se fue a comer y a beber, mandó comida a los que no tenían nada e hizo grandes festejos, porque habían comprendido las cosas que les habían enseñado. (Neh 8:1-4a,5-6,7b-12)

Qué importante es escuchar la Palabra de Dios y comprenderla. A San Jerónimo se le encomendó la tarea de traducir las Escrituras a un idioma que la gente entendiera. Fue San Jerónimo quien dijo que la ignorancia de las Escrituras es ignorancia de Cristo.