Cuando Jesús desembarcó, vio una numerosa multitud que lo estaba esperando y se compadeció de ellos, porque andaban como ovejas sin pastor, y se puso a enseñarles muchas cosas.
(Mc 6:30-34)
Otra vez la imagen de la compasión del corazón de Cristo, el Buen Pastor, se compadece de nosotros, y nos enseña los misterios del Reino.