Sión había dicho: ‘El Señor me ha abandonado,
el Señor me tiene en el olvido’.
¿Puede acaso una madre olvidarse de su creatura
hasta dejar de enternecerse por el hijo de sus entrañas?
Aunque hubiera una madre que se olvidara,
yo nunca me olvidaré de ti”,
dice el Señor todopoderoso.
(Is 49:8-15)
Dios nunca nos olvidará. . . el Señor como una madre amorosa siempre nos muestra ternura y compasión. Hoy es la fiesta de San Patricio que trajo consuelo al pueblo de Dios. San Patricio era de Bretaña romana. Cuando tenía 16 años fue capturado y esclavizado en Irlanda. Eventualmente se escapó y regresó a su hogar. Después de ser ordenado de sacerdote, regresó a Irlanda como misionero y quedó allí el resto de su vida. Era el primer obispo de Irlanda.
Cristo conmigo, Cristo frente a mí, Cristo tras de mí, Cristo en mí, Cristo a mi diestra, Cristo a mi siniestra, Cristo al descansar, Cristo al levantar, Cristo en el corazón de cada hombre que piense en mí, Cristo en la boca de todos los que hablen de mí, Cristo en cada ojo que me mira, Cristo en cada oído que me escucha. (de La Coraza de San Patricio)