Danos hoy nuestro pan de cada día,
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden.
(Mt 6:7-15)
La oración que Jesús nos enseñó está llena de lecciones para todos nosotros. No solo pedimos el pan de cada día, también pedimos perdón, al igual que perdonamos. Y, por supuesto, ¡ese es el truco! Para ser perdonados, también debemos perdonar. Como Jesús nos indicará: la medida con que miden, serán medidos. Por eso la Cuaresma nos llama a ser generosos. . . generoso en perdonar, generoso en dar, generoso en amor.