El Señor misericordioso, al oír tus gemidos,
se apiadará de ti y te responderá, apenas te oiga.
Aunque te dé el pan de las adversidades
y el agua de la congoja,
ya no se esconderá el que te instruye;
tus ojos lo verán.
Con tus oídos oirás detrás de ti una voz que te dirá:
‘Éste es el camino.
Síguelo sin desviarte,
ni a la derecha, ni a la izquierda’.
(Is 30:20-21)
Mejor que el GPS en el carro . . . seremos guiados en el Camino del Señor. La foto de hoy es un cuadro pintado por Sybil, una anciana que me lo regaló unos días antes de que ella falleció. Lo llamo El Camino.