En aquel tiempo, Jesús reunió a los Doce . . . y luego los envió a predicar el Reino de Dios y a curar a los enfermos.
(Lc 9:1-2)
La misión de los Doce: predicar el Reino de Dios y curar a los enfermos. La misión de nosotros es lo mismo: predicar y curar. Mi mamá querida era enfermera. Ella trabajó 20 años en obstetricia y 10 años en cáncer juvenil. Recuerdo bien cuando ella empezó a trabajar en el Hospital Beato Martín de Porres (se cambió el nombre al Hospital San Martín de Porres, cuando el beato fue canonizado en 1962). Ese hospital era de maternidad y pertenecía a las Hermanas de Misericordia. El hospital fue para los doctores negros de Mobile que no tenían privilegios en el hospital para los blancos. Mi mamá me dijo que el arzobispo de Mobile tenía un cuarto en ese hospital para negros y no en el hospital para blancos. Todavía estamos en la misma lucha: a predicar y a curar como dice el viejo canto “no importa la raza ni el color de la piel”.