En aquel tiempo, junto a la cruz de Jesús estaban su madre, la hermana de su madre, María la de Cleofás, y María Magdalena.
Al ver a su madre y junto a ella al discípulo que tanto quería, Jesús dijo a su madre: “Mujer, ahí está tu hijo”. Luego dijo al discípulo: “Ahí está tu madre”. Y desde entonces el discípulo se la llevó a vivir con él.
(Jn 19:25-27)
En los Estados Unidos, la Fiesta de Nuestra Señora de los Dolores está pegada a la Fiesta de ayer, la Exaltación de la Santa Cruz. El discípulo que Jesús “tanto quería” no tiene nombre en esta escena bajo la Cruz. La iglesia decía que ese discípulo era Juan. Pero el escritor del evangelio no lo dice. Pero en el capítulo 11 del Cuarto Evangelio, se encuentra la identificación triple del discípulo que Jesús “tanto quería”:
Por eso las dos hermanas le mandaron decir a Jesús: "Señor, el amigo a quien tanto quieres está enfermo". (Jn 11:3)
Jesús amaba a Marta, a su hermana y a Lázaro. (Jn 11:5)
Jesús se puso a llorar y los judíos comentaban: "De veras ¡cuánto lo amaba!" (Jn 11:35-36)
¿Es Lázaro el Discípulo Amado? Pues, puede ser . . . tal vez es muy probable. Pero la enseñanza que el escritor del evangelio nos da en esta escena bajo la Cruz por no poner nombre al discípulo que Jesús “tanto quería” es este: todos nosotros podemos ser el Discípulo Amado a quien Jesús entrega a su madre. Y como todos los Discípulos Amados de Jesús, la llevamos a nuestra casa.