Luego Jesús dijo a sus discípulos: “El que quiera venir conmigo, que renuncie a sí mismo, que tome su cruz y me siga. Pues el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por mí, la encontrará. (Mt 16:24-26)
Es interesante que el evangelio según San Mateo pone esta escena inmediatamente después de la escena de la entrega de las llaves del Reino de los Cielos. Ya San Pedro mete la pata. Y el Señor le habla muy fuerte a Pedro: ¡Apártate de mí, Satanás! Pero el Señor toma la palabra para darles una lección sobre el discipulado: seguir las huellas de Jesús.