Estas reflexiones salen de más que 40 años de ministerio como sacerdote católico. Pasé la mayoría de estos años en la Diócesis de Charlotte que está situada en Carolina del Norte occidental de los Estados Unidos. Ahora, estoy jubilado, y vivo en Medellín, Colombia, y sigo sirviendo como sacerdote en la Arquidiócesis de Medellín.

Escuchen esto los que buscan al pobre sólo para arruinarlo y andan diciendo: “¿Cuándo pasará el descanso del primer día del mes para vender nuestro trigo, y el descanso del sábado para reabrir nuestros graneros?” Disminuyen las medidas, aumentan los precios, alteran las balanzas, obligan a los pobres a venderse; por un par de sandalias los compran y hasta venden el salvado como trigo. El Señor, gloria de Israel, lo ha jurado: “No olvidaré jamás ninguna de estas acciones”. (Amos 8:4-7)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/092125.cfm
Aunque los recortes de impuestos para los multimillonarios sean la política del momento, Dios tiene otras prioridades. Elegimos olvidar que una sociedad se juzga por cómo trata a sus miembros más vulnerables. Pero Dios no olvida. A través del profeta Amós, Dios dice: ¡“No olvidaré jamás ninguna de estas acciones”! Tal vez, sea hora de reconciliarse con Dios. https://youtu.be/5G0Nu5VJz-o?si=UKhtmixjzaafJg3m