Estas reflexiones salen de más que 40 años de ministerio como sacerdote católico. Pasé la mayoría de estos años en la Diócesis de Charlotte que está situada en Carolina del Norte occidental de los Estados Unidos. Ahora, estoy jubilado, y vivo en Medellín, Colombia, y sigo sirviendo como sacerdote en la Arquidiócesis de Medellín.

Al ver a las multitudes, se compadecía de ellas, porque estaban extenuadas y desamparadas, como ovejas sin pastor. Entonces dijo a sus discípulos: “La cosecha es mucha y los trabajadores, pocos. Rueguen, por lo tanto, al dueño de la mies que envíe trabajadores a sus campos”. (Mt 9:32-38)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/070825.cfm
Ayer, mi amigo, el Padre Larry Richardt (1937-2025), falleció en el Señor. Muchos de los que pasamos por el Seminario de San Meinrad conocimos al Padre Larry como un director espiritual que nos acompañó con sabiduría y compasión; como un querido amigo que atesoraba los preciosos recuerdos y conexiones de vidas compartidas en Cristo; como un maestro devoto que nos enseñó a celebrar bien. Y con su ejemplo, Larry nos enseñó a ser sacerdotes según el Corazón de Cristo.