Estas reflexiones salen de más que 40 años de ministerio como sacerdote católico. Pasé la mayoría de estos años en la Diócesis de Charlotte que está situada en Carolina del Norte occidental de los Estados Unidos. Ahora, estoy jubilado, y vivo en Medellín, Colombia, y sigo sirviendo como sacerdote en la Arquidiócesis de Medellín.

Después lo llevó el diablo a un monte elevado y en un instante le hizo ver todos los reinos de la tierra y le dijo: “A mí me ha sido entregado todo el poder y la gloria de estos reinos, y yo los doy a quien quiero. Todo esto será tuyo, si te arrodillas y me adoras”. Jesús le respondió: “Está escrito: Adorarás al Señor, tu Dios, y a él sólo servirás”. (Lc 4:1-13)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/030925.cfm
Una de las preguntas del Rito del Bautismo es: “¿Renuncian a las seducciones del mal, para que el pecado no los esclavice?” Si el mal no fuera tan seductor, no nos dejaríamos engañar tan rápidamente. La verdad es que el maligno sabe dónde somos más débiles. El poder y la gloria son adictivos. Es realmente triste verlos manifestarse en el escenario mundial para que todos los vean.