Estas reflexiones salen de más que 40 años de ministerio como sacerdote católico. Pasé la mayoría de estos años en la Diócesis de Charlotte que está situada en Carolina del Norte occidental de los Estados Unidos. Ahora, estoy jubilado, y vivo en Medellín, Colombia, y sigo sirviendo como sacerdote en la Arquidiócesis de Medellín.

Después de oír al rey, los magos se pusieron en camino, y de pronto la estrella que habían visto surgir, comenzó a guiarlos, hasta que se detuvo encima de donde estaba el niño. Al ver de nuevo la estrella, se llenaron de inmensa alegría. Entraron en la casa y vieron al niño con María, su madre, y postrándose, lo adoraron. Después, abriendo sus cofres, le ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra. (Mt 2:1-12)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/010525.cfm
¿Cuál será el regalo que ofrecemos? Además del oro, el incienso y la mirra, tal vez deberíamos considerar ofrecer reconciliación, justicia y paz. Entonces, tal vez, todos podríamos seguir la Estrella juntos como hermanas y hermanos, miembros de una sola familia. El villancico colombiano de hoy es Los Reyes Magos.