Estas reflexiones salen de más que 40 años de ministerio como sacerdote católico. Pasé la mayoría de estos años en la Diócesis de Charlotte que está situada en Carolina del Norte occidental de los Estados Unidos. Ahora, estoy jubilado, y vivo en Medellín, Colombia, y sigo sirviendo como sacerdote en la Arquidiócesis de Medellín.

Miren cuánto amor nos ha tenido el Padre, pues no sólo nos llamamos hijos de Dios, sino que lo somos. Si el mundo no nos reconoce, es porque tampoco lo ha reconocido a él. Hermanos míos, ahora somos hijos de Dios. (1Jn 2:29-3:6)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/010325.cfm
Los antiguos Padres y Madres de la Iglesia nos dicen: El Hijo de Dios se hizo Hijo del Hombre para que los hombres y las mujeres pudieran llegar a ser hijos e hijas muy amados de Dios. Que nuestra dignidad de hijos de Dios siga llenando de alegría nuestros corazones. Hoy tenemos un villancico afrocolombiano.