Estas reflexiones salen de más que 40 años de ministerio como sacerdote católico. Pasé la mayoría de estos años en la Diócesis de Charlotte que está situada en Carolina del Norte occidental de los Estados Unidos. Ahora, estoy jubilado, y vivo en Medellín, Colombia, y sigo sirviendo como sacerdote en la Arquidiócesis de Medellín.

Querido hermano: En todo lo que has hecho por los hermanos, y eso que son forasteros, te has portado como verdadero cristiano. Ellos han elogiado públicamente ante esta comunidad el amor con que los has tratado. (3 JN 5-8)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/111624.cfm
Hubo un tiempo en que nos inculcaron la bondad básica en casa, la iglesia y la escuela. Desafortunadamente, ya no vivimos en esos tiempos. Nunca olvidaré a la anciana que solía visitar cuando era un joven sacerdote. Estaba hablando de crecer como católica en una comunidad racista donde el Ku Klux Klan era muy visible. Ella me dijo: “Padre, hubo un tiempo en que los católicos y los negros estábamos en el mismo barco. Ya no estamos ahí y hemos perdido algo”. La Santísima Virgen María nos recuerda que ella es la Madre de todos nosotros.