Estas reflexiones salen de más que 40 años de ministerio como sacerdote católico. Pasé la mayoría de estos años en la Diócesis de Charlotte que está situada en Carolina del Norte occidental de los Estados Unidos. Ahora, estoy jubilado, y vivo en Medellín, Colombia, y sigo sirviendo como sacerdote en la Arquidiócesis de Medellín.

El Hijo del hombre, no ha venido a que lo sirvan, sino a servir y a dar su vida por la redención de todos. (Mc 10:35-45)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/102024.cfm
Ser alguien, tener algo, llegar a algún puesto importante son deseos muy humanos. Mientras Santiago y Juan piden los asientos de poder a la derecha e izquierda del Señor, Jesús les pregunta si pueden beber la copa que él va a beber y ser bautizados con el bautismo que él va a recibir. Y ellos responden: “¡Claro que sí” Pues, la copa que Jesús bebe es la copa del sufrimiento. El bautismo que Jesús recibe es el escupitajo de los soldados. Jesús nos invita a abrazar los valores del Reino, a seguir sus pasos en este mundo, y a servir como él nos sirvió a todos.