Estas reflexiones salen de más que 40 años de ministerio como sacerdote católico. Pasé la mayoría de estos años en la Diócesis de Charlotte que está situada en Carolina del Norte occidental de los Estados Unidos. Ahora, estoy jubilado, y vivo en Medellín, Colombia, y sigo sirviendo como sacerdote en la Arquidiócesis de Medellín.

Llegaron a Cafarnaúm, y una vez en casa, les preguntó: "¿De qué discutían por el camino?" Pero ellos se quedaron callados, porque en el camino habían discutido sobre quién de ellos era el más importante. Entonces Jesús se sentó, llamó a los Doce y les dijo: "Si alguno quiere ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos". (Mc 9:30-37)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/092224.cfm
El Credo de Nicea proclama con alegría que Jesús murió y resucitó “por nosotros y por nuestra salvación”. Pero la Cuarta Plegaria Eucarística nos recuerda gentilmente que Él se entregó a sí mismo por nuestra salvación para que "no vivamos ya para nosotros mismos, sino para él”. Nunca se trata solo de nosotros. . . o como decía mi madrina: “Yo grande, tú pequeño”. Más bien la salvación se trata de los demás, se trata de servicio, de ser servidor de todos, tal como Jesús.