Así me han tocado en suerte meses de infortunio y se me han asignado noches de dolor. Al acostarme, pienso: '¿Cuándo será de día?' La noche se alarga y me canso de dar vueltas hasta que amanece. Mis días corren más aprisa que una lanzadera y se consumen sin esperanza. Recuerda, Señor, que mi vida es un soplo. Mis ojos no volverán a ver la dicha. (Job 7:1-4, 6-7)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/020424.cfm
El pobre Job tiene un caso grave de depresión (el blues). Por supuesto, todos hemos pasado por eso. Aunque nuestras vidas son como el viento y pueden derribarnos de vez en cuando, tenemos que agarrarnos, a veces con las dos manos si es necesario, y esperar en el Señor.
Estas reflexiones salen de más que 40 años de ministerio como sacerdote católico. Pasé la mayoría de estos años en la Diócesis de Charlotte que está situada en Carolina del Norte occidental de los Estados Unidos. Ahora, estoy jubilado, y vivo en Medellín, Colombia, y sigo sirviendo como sacerdote en la Arquidiócesis de Medellín.
Domingo, Semana V, Tiempo Ordinario
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