En aquel día, el Señor del universo preparará sobre este monte un festín con platillos suculentos para todos los pueblos; un banquete con vinos exquisitos y manjares sustanciosos. Él arrancará en este monte el velo que cubre el rostro de todos los pueblos, el paño que oscurece a todas las naciones. Destruirá la muerte para siempre; el Señor Dios enjugará las lágrimas de todos los rostros y borrará de toda la tierra la afrenta de su pueblo. Así lo ha dicho el Señor. (Is 25:6-10)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/120623.cfm
Las visiones del Adviento del profeta Isaías continúan con el banquete del Reino, que es para todos los pueblos, sin excluir a nadie. El reto es estar tan abiertos a los demás como lo están los brazos de Dios para todos nosotros. San Nicolás (270-343) fue un obispo de la Iglesia primitiva que se comprometió a proteger a los niños y a todos los necesitados.
Estas reflexiones salen de más que 40 años de ministerio como sacerdote católico. Pasé la mayoría de estos años en la Diócesis de Charlotte que está situada en Carolina del Norte occidental de los Estados Unidos. Ahora, estoy jubilado, y vivo en Medellín, Colombia, y sigo sirviendo como sacerdote en la Arquidiócesis de Medellín.
San Nicolás, 6 de diciembre
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