Estas reflexiones salen de más que 40 años de ministerio como sacerdote católico. Pasé la mayoría de estos años en la Diócesis de Charlotte que está situada en Carolina del Norte occidental de los Estados Unidos. Ahora, estoy jubilado, y vivo en Medellín, Colombia, y sigo sirviendo como sacerdote en la Arquidiócesis de Medellín.

Un judío, natural de Alejandría, llamado Apolos, hombre elocuente y muy versado en las Escrituras, había ido a Éfeso. Aquel hombre estaba instruido en la doctrina del Señor, y siendo de ferviente espíritu, disertaba y enseñaba con exactitud lo concerniente a Jesús, aunque no conocía más que el bautismo de Juan. Apolos comenzó a hablar valientemente en la sinagoga. Cuando lo oyeron Priscila y Aquila, lo tomaron por su cuenta y le explicaron con mayor exactitud la doctrina del Señor. (Hch 18:23-28)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/052023.cfm
¿Quién es este Apolos? Pues Pablo lo menciona en la Primera Carta a los Corintios. Apolos siguió a Pablo en la misión de Corinto. Pablo escribe: “Yo sembré, Apolos regó, pero Dios ha dado el crecimiento” (1 Cor 3, 6). Hoy es el cumpleaños de mi abuela (1906-1987). ¡Ella era la Nanny de todos!