Estas reflexiones salen de más que 40 años de ministerio como sacerdote católico. Pasé la mayoría de estos años en la Diócesis de Charlotte que está situada en Carolina del Norte occidental de los Estados Unidos. Ahora, estoy jubilado, y vivo en Medellín, Colombia, y sigo sirviendo como sacerdote en la Arquidiócesis de Medellín.

“Dejen, cielos, caer su rocío y que las nubes lluevan la justicia; que la tierra se abra y haga germinar la salvación y que brote juntamente la justicia. Yo, el Señor, he creado todo esto”. (Is 456c,-8, 18, 21c-25)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/121422.cfm
El Salmo Responsorial nos invita a rezar: ¡Dejen, cielos, caer su rocío y que las nubes lluevan al justo! La obra de justicia es obra de Dios. Estamos llamados a participar en llevar la creación a su cumplimiento. El Adviento nos prepara para la venida del Justo mientras celebramos su nacimiento entre nosotros. Proclamamos lo que hemos visto y oído: que en Cristo la misericordia y la verdad se han encontrado, la justicia y la paz se han besado. San Juan de la Cruz (1542-1591) enseñó a la iglesia que las emociones pueden llevarnos a Dios a través de la oración y la contemplación. Se refirió a Dios como “Amado mío”.