Vi también a los vencedores de la bestia, estaban de pie junto al mar de cristal, con las cítaras que Dios les había dado, y cantaban el cántico de Moisés, el siervo de Dios, y el cántico del Cordero, diciendo: “Grandes y maravillosas son tus obras, Señor, Dios todopoderoso; justo y verdadero tu proceder, rey de las naciones. ¿Quién no te respetará, Señor? ¿Quién no te alabará? Ya que sólo tú eres santo, y todas las naciones vendrán a adorarte, porque tus justas sentencias han quedado patentes”. (Apoc 15:1-4)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/112322.cfm
El Libro de Apocalipsis está lleno de himnos y refleja el legado musical de la iglesia primitiva. Estos himnos maravillosos nos recuerdan que ya sea que podamos cantar o no, todos podemos aclamar con júbilo al Señor.
Estas reflexiones salen de más que 40 años de ministerio como sacerdote católico. Pasé la mayoría de estos años en la Diócesis de Charlotte que está situada en Carolina del Norte occidental de los Estados Unidos. Ahora, estoy jubilado, y vivo en Medellín, Colombia, y sigo sirviendo como sacerdote en la Arquidiócesis de Medellín.
Miércoles, Semana XXXIV, Tiempo Ordinario
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