Estas reflexiones salen de más que 40 años de ministerio como sacerdote católico. Pasé la mayoría de estos años en la Diócesis de Charlotte que está situada en Carolina del Norte occidental de los Estados Unidos. Ahora, estoy jubilado, y vivo en Medellín, Colombia, y sigo sirviendo como sacerdote en la Arquidiócesis de Medellín.

La palabra del Señor me llegó en estos términos: Hijo de hombre, di al príncipe de Tiro: Así habla el Señor:
“Tu corazón se llenó de arrogancia y dijiste: ‘Yo soy un dios; estoy sentado en un trono divino, en el corazón de los mares’. ¡Tú, que eres un hombre y no un dios, te has considerado igual a un dios! ¿Te atreverás a decir: ‘Yo soy un dios’, delante de tus verdugos? Serás un hombre, no un dios, en manos de los que te traspasen.
  (Ez 28:1-10)
https://www.eucaristiadiaria.cl/dia_cal.php?fecha=2022-08-16
El profeta Ezequiel pronuncia la condenación del Príncipe de Tiro, quien es la definición bíblica de la arrogancia. Es lo que sucede cuando nos ponemos prepotentes y actuamos como si fuéramos dueños del mundo. Habrá un ajuste de cuentas. Como nos recuerda Ezequiel: eres humano, no eres un dios.