Estas reflexiones salen de más que 40 años de ministerio como sacerdote católico. Pasé la mayoría de estos años en la Diócesis de Charlotte que está situada en Carolina del Norte occidental de los Estados Unidos. Ahora, estoy jubilado, y vivo en Medellín, Colombia, y sigo sirviendo como sacerdote en la Arquidiócesis de Medellín.

En aquellos días, como aumentaba mucho el número de los discípulos, hubo ciertas quejas de los judíos griegos contra los hebreos, de que no se atendía bien a sus viudas en el servicio de caridad de todos los días. Los Doce convocaron entonces a la multitud de los discípulos y les dijeron: “No es justo que, dejando el ministerio de la palabra de Dios, nos dediquemos a administrar los bienes. Escojan entre ustedes a siete hombres de buena reputación, llenos del Espíritu Santo y de sabiduría, a los cuales encargaremos este servicio. Nosotros nos dedicaremos a la oración y al servicio de la palabra”. Todos estuvieron de acuerdo. (Hechos 6:1-7)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/043022.cfm
La creación de los Siete (mucho más tarde en la historia de la iglesia a los que se hace referencia como "diáconos" fue para responder a un problema de idioma en la iglesia primitiva entre los miembros de habla griega y los de habla hebrea. Es fascinante que aquellos que son nombrados como los Siete tienen nombres griegos. Quizás la iglesia sabe que hablar el propio idioma ayuda a difundir el evangelio.