Estas reflexiones salen de más que 40 años de ministerio como sacerdote católico. Pasé la mayoría de estos años en la Diócesis de Charlotte que está situada en Carolina del Norte occidental de los Estados Unidos. Ahora, estoy jubilado, y vivo en Medellín, Colombia, y sigo sirviendo como sacerdote en la Arquidiócesis de Medellín.

“Tanto amó Dios al mundo, que le entregó a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo para condenar al mundo, sino para que el mundo se salvara por él”. (Jn 3:16-21)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/042722.cfm
El corazón del evangelio . . . y el reto también. Si Dios amó tanto al mundo, entonces tal vez debemos hacer un mejor trabajo amando a nuestros hermanas y hermanos en lugar de condenarlos.