Estas reflexiones salen de más que 40 años de ministerio como sacerdote católico. Pasé la mayoría de estos años en la Diócesis de Charlotte que está situada en Carolina del Norte occidental de los Estados Unidos. Ahora, estoy jubilado, y vivo en Medellín, Colombia, y sigo sirviendo como sacerdote en la Arquidiócesis de Medellín.

Nosotros somos ciudadanos del cielo, de donde esperamos que venga nuestro Salvador, Jesucristo. (Fil 3:17-4:1)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/031322.cfm
Hay un viejo comercial que dice: “¡La membresía tiene sus privilegios!" La política anti-inmigrante siempre ha sido un problema en todos los países desde el principio de los tiempos, por lo que necesitamos este recordatorio amistoso de San Pablo. Nuestra ciudadanía no depende de fronteras nacionales, orígenes étnicos o poder político, nuestra ciudadanía es del cielo. ¡Tal vez necesitamos leer nuestras Biblias!