Oh Raíz de Jesé, que te alzas como un signo para los pueblos; ante quien los reyes enmudecen,
y cuyo auxilio imploran las naciones: ven a librarnos, no tardes más.
Entonces Isabel quedó llena del Espíritu Santo y, levantando la voz, exclamó: “¡Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo, para que la madre de mi Señor venga a verme?" (Lc 1:39-45)
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/121921.cfm
Este último domingo de Adviento dirige nuestra atención a la Virgen María, la Madre de nuestro Señor, a través de quien recibimos al Autor de toda vida, Jesucristo. ¡Ven, Señor Jesús, ven, no tardes en llegar!