Los mandamientos que ordenan: “No cometerás adulterio, no robarás, no matarás, no darás falso testimonio, no codiciarás” y todos los otros, se resumen en éste: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”, pues quien ama a su prójimo no le causa daño a nadie. Así pues, el cumplimiento pleno de la ley consiste en amar. (Rom 13:8-10)
Siempre que aparezca “Ama a tu prójimo” en las Escrituras, pensarías que ya habríamos aprendido la lección. ¡Gracias a Dios por San Martín de Porres! San Martín nos enseña que cuidar de los demás, sin importar su raza, es de lo que se trata el amor.