Porque tanto amó Dios al mundo, que le entregó a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo para condenar al mundo, sino para que el mundo se salvara por él’’. (Jn 3:13-17)
Si Dios ama al mundo y a todos en él, quizás nosotros también deberíamos amarlo. El Hijo no vino a condenar al mundo sino a salvarlo. En la mayor parte de América Latina esta fiesta se celebra el 3 de mayo.
Te adoramos, O Cristo, y te bendecimos,
porque por tu Santa Cruz redimiste al mundo.