Todo aquel que por mí haya dejado casa, o hermanos o hermanas, o padre o madre, o esposa o hijos, o propiedades, recibirá cien veces más y heredará la vida eterna. Y muchos primeros serán últimos y muchos últimos, primeros. (Mt 19:23-30)
A veces, las promesas del Señor se cumplen de formas que nunca podemos imaginar. El dejar atrás que debe hacer un discípulo a veces puede ser difícil. Estoy agradecido por todas las bendiciones que he recibido a través del ministerio. Todo vale la pena.