Cristo Jesús, tomando la condición de siervo,
y se hizo semejante a los hombres.
Así, hecho uno de ellos, se humilló a sí mismo
y por obediencia aceptó incluso la muerte,
y una muerte de cruz.
Por eso Dios lo exaltó sobre todas las cosas . . . .
(Fil 2:6-11)
Te adoramos, O Cristo, y te bendecimos,
porque por tu Santa Cruz redimiste al mundo.