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Esto dice el Señor:
“Cuando renuncies a oprimir a los demás
y destierres de ti el gesto amenazador y la palabra ofensiva;
cuando compartas tu pan con el hambriento
y sacies la necesidad del humillado,
brillará tu luz en las tinieblas
y tu oscuridad será como el mediodía.
(Is 58:9-14)

En la Biblia la "santidad" siempre es práctica, casi siempre se trata de justicia: eliminar la opresión de entre nosotros (por ejemplo, el racismo sistémico), dar pan a los hambrientos (no solo una limosna una vez al año). Tal vez en esta Cuaresma, si queremos ser santos, es posible que necesitemos ensuciarnos las manos.